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Ya sea que hayas aceptado recientemente la salvación en Jesús o hayas sido creyente por lo que parece ser una eternidad, puede ser muy fácil caer en ideas erróneas de lo que significa ser un Cristiano, nuestra relación con Dios o cualquier otro punto ciego que nos mantiene alejados de vivir como Cristo nos llama a hacerlo. Para responder a algunos de los conceptos erróneos más comunes, aquí hay diez verdades que te ayudarán a fortalecer tu fe en Dios.

 1. El amor de Dios por ti no cambia dependiendo de “lo bueno que hagas”.

Una de las mentiras espiritualmente más devastadoras a las que a menudo nos aferramos es que a medida que pecamos y huimos de Dios, Él nos  amará  menos y finalmente, simplemente se dará por vencido.

Aunque podamos decir que esto no es cierto, esa lucha recurrente contra el pecado o la adicción pueden hacernos creer que aunque Dios perdona, gradualmente se cansa de nosotros y de nuestra hipocresía. Este sentimiento puede empujarnos a distanciarnos de Dios hasta que “tengamos las cosas resueltas”, lo cual nunca sucederá por nuestras propias fuerzas. La verdad es que Dios sabe todo lo que hemos hecho y todo lo que haremos, y Cristo ya pagó por todo. Dios no ama como nosotros amamos, con un amor cambiante que su intensidad aumenta y disminuye, Dios es amor y nos ha amado completamente desde el principio de los tiempos y nos amará hasta la eternidad

  • Nuestro pecado lastima a Dios, pero lo lastima de la misma manera que la desobediencia de un niño lastima a sus padres. No importa cuán grave sea la desobediencia, un niño todavía pertenece a sus padres. Aun cuando es necesaria una palabra fuerte para corregirnos, Dios siempre se alegrará por nuestro arrepentimiento y por el simple hecho de poder estar juntos nuevamente.
  • Solo por el poder del Espíritu Santo podemos resistir el pecado. Saber esto es un alivio para nosotros ya que podremos saber que no es nuestra fuerza, sino Cristo en nosotros la que conduce a la rectitud. Mantener nuestros ojos en Jesús como objeto de nuestra fe, arrepentirnos de nuestros pecados y ser consistentes en la oración, es la clave para lidiar con el pecado en nuestras vidas. 

Encuéntralo en la Biblia: Romanos 8:1, Juan 3:18, Efesios 2:8-9

2.  La participación en la resurrección de Cristo requiere participación en Su muerte.

Es importante reconocer que la salvación ganada por la muerte de Cristo en la cruz es un regalo que se nos da, pero no debe ser algo que aceptamos y luego continuamos viviendo como lo habíamos estado haciendo. Más bien, estamos llamados a ‘participar’ en la muerte de Cristo crucificando la carne, lo que significa hacer morir el pecado en nuestras vidas cambiando radicalmente la forma en que vivimos. Al hacer esto, participamos en la resurrección de Cristo al vivir vidas nuevas (¿Ves la relación?) y al ser resucitados corporalmente al regreso de nuestro Señor.

  • Esta participación no tiene como objetivo ganar el regalo gratuito de la salvación, sino más bien reconocer que el regalo tuvo el mayor costo: el sufrimiento y la muerte de Dios a nuestro favor, basado en Su gran amor por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Comprender esto, nos lleva a un cambio radical en nuestros corazones de pecadores a salvos.
  • Lo que queremos decir es que la salvación no es simplemente un “seguro contra incendios divino” que se recibe, se guarda en un estante y se olvida hasta que se necesita. Aceptar el regalo de la salvación es someter nuestra vida a Cristo en todos los aspectos, lo que incluye renunciar a nuestros planes futuros a cambio de cualquier cosa que Cristo nos llame a hacer.

Encuéntralo en la Biblia: Gálatas 5:24, Romanos 5:8, 2 Corintios 5:17, 

3. En Cristo, nuestros ojos están puestos en las cosas de arriba, más que en las de este mundo.

Cuando llegamos a la fe en Cristo, nuestra visión del mundo debe cambiar fundamentalmente para ahora considerar todas las cosas de una manera diferente a cómo lo hacíamos antes.

Cuando nuestra visión se limita a este mundo, dedicamos todos nuestros esfuerzos a buscar “lo que nos hace felices”, como perseguir el dinero, el placer, el éxito e incluso lograr cosas buenas como tener una familia feliz y ser parte de una buena comunidad. Al seguir a Cristo, comenzamos a ver el peso eterno de nuestras acciones en la tierra y nuestras prioridades cambian a un llamado más elevado: vivir y predicar el evangelio de salvación al mundo.

  • Esto significa que los Cristianos estamos llamados a darle menos importancia al valor del dinero o la comodidad, y más bien a gastar nuestros esfuerzos en buscar a Cristo y compartir el evangelio con todos. Significa que estamos menos preocupados por el estado de este mundo, porque sabemos que uno mejor está pronto por llegar. Significa vivir de una manera que el mundo no puede comprender y así lograr que se escuche la verdad de lo que creemos. Significa considerar todas las pruebas como alegría, porque las dificultades temporales son recompensadas eternamente.

Encuéntralo en la Biblia: Santiago 1:2-4, Colosenses 3:2, 2 Corintios 4:18, Hebreos 11:26, Romanos 8:6-8

4. La Biblia (¡incluso el Antiguo Testamento!) es la forma principal en la que Cristo y su voluntad nos son reveladas.

Si bien los cristianos aceptan fácilmente el valor de la Biblia en un sentido general, a veces es difícil ver cómo algunas historias, especialmente en el Antiguo Testamento, coinciden con Cristo. Esto es especialmente cierto en el caso de historias que parecen extremadamente extrañas o incluso poco éticas según nuestros estándares, como relatos de guerras antiguas o instrucciones para preparar un sacrificio animal. En lugar de simplemente ignorar estas secciones o pasarlas por alto como algo que “solía importar”, el apóstol Pablo nos dice que consideremos todas las Escrituras como “útiles para hacernos sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15). Todas las Escrituras comunican esta sabiduría al mostrarnos que somos pecadores, que necesitamos un salvador y que la fe en Cristo es la única manera en que podemos ser salvos. Incluso las secciones más oscuras de las Escrituras se relacionan con una de estas ideas centrales, y orar y reflexionar incluso sobre las historias más extrañas de la Biblia es espiritualmente beneficioso. Es muy bueno utilizar recursos y hacer preguntas sobre cómo estos elementos oscuros se vinculan con Cristo, ¡Así que no temas hablar de ellos con otros creyentes!

  • Leer la Biblia con devoción es la forma principal en la que se nos revela la voluntad de Jesús para nuestras vidas. A medida que leemos las Escrituras con regularidad, Dios nos enseña e influye en nosotros para que actuemos de manera diferente. No importa cuántas veces leas la Biblia, Él seguirá mostrándote cosas nuevas de las mismas historias que has leído miles de veces antes. Cuando leas la Biblia, recuerda que ¡no estás tratando de descifrarla solo!

Encuéntralo en la Biblia: 2 Timoteo 3:15-17, Hebreos 4:12, Mateo 4:4

5. ¿Qué pasó realmente en la Cruz?

La muerte de Cristo en la cruz y su resurrección tres días después es el núcleo del evangelio, pero comúnmente se da por sentado comprender por qué la muerte de Jesús conduce a nuestra salvación. Cuando Jesús murió en la cruz, su perfecta falta de pecado le permitió ser sacrificado por nosotros, de modo que el castigo eterno (muerte) que merecíamos fue puesto sobre Él, expiando nuestros pecados. Cuando Cristo murió, los creyentes fueron justificados ante Dios porque la justicia de Cristo fue “puesta” sobre nosotros, lo que significa que mientras tengamos fe en lo que Jesús hizo, nunca seremos juzgados por lo buenos que somos, sino por lo bueno que es Cristo. Si bien la justificación ocurre como un evento en la conversión, la santificación es un proceso en el que nos volvemos más como Cristo por el poder y la convicción del Espíritu Santo en nosotros. Al resucitar de entre los muertos tres días después, Jesús mostró que el poder de la muerte no tenía autoridad sobre Él y mostró la resurrección que espera a todos los que lo siguen.

  • La muerte de Cristo también está profundamente arraigada en las profecías del Antiguo Testamento, alterando la expectativa de un Mesías militante y en cambio, viniendo como un cordero de sacrificio por el pecado y la liberación de Israel, similar al cordero de la Pascua en Éxodo 12. El profeta Isaías escribió que el Mesías traería liberación y consuelo a los cansados ​​(Isaías 61:1-3), pero sería rechazado por ellos mientras sufría por sus transgresiones ante Dios (Isaías 53:3-5). ¡En Lucas 4, Jesús incluso lee estos pasajes y dice que son acerca de Él! A lo largo de todo el Antiguo Testamento hay indicios de lo que Cristo haría, ¡Aunque fueron escritos cientos o miles de años antes!

Encuéntralo en la Biblia: Tito 3:7, Filipenses 3:9, Éxodo 12, Isaías 53;61, Lucas 4:14-30

6. Seguir a Jesús no evita las dificultades, pero Dios las usa para fortalecer nuestra fe y enseñarnos.

Un concepto erróneo y común sobre lo que significa ser salvo en Cristo es que nuestra vida de repente se volverá más fácil o que el Señor siempre nos dará todo lo que le pidamos. En realidad, seguir a Cristo a menudo requiere renunciar a las comodidades terrenales, o incluso soportar persecución simplemente por ser Cristiano. ¡Esta no es una mala noticia! El Señor nos dice repetidamente que sufrir por causa de Cristo es un gran honor que se recompensa grandemente en el cielo.

  • La mayoría de las veces nuestras dificultades no están directamente relacionadas con ser Cristianos, pero el Señor usa estas dificultades como una oportunidad para que nos fortalezcamos en nuestra fe y aprendamos a confiar en Él. De cualquier manera, ser Cristiano significa aprender a considerar estos tiempos difíciles como oportunidades para ganar, ya sea que nos beneficiemos de una relación más profunda con Cristo o de una recompensa eterna por sufrir en Su nombre.
  • El Señor es un gran consuelo en los momentos difíciles, Él todo lo sabe y ve para que nuestro sufrimiento no pase desapercibido, ni nuestro dolor se olvide.

Encuéntralo en la Biblia: 1 Pedro 5:10, Juan 16:33, Romanos 5:3-4, Isaías 43:2

7. Por qué es importante que Dios sea Trinidad.

La Trinidad es una de las características centrales que definen a Dios, pero a menudo parece que es simplemente la forma conveniente que tiene la iglesia de lidiar con el extraño hecho de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son todos Dios, pero uno no es el otro. En lugar de simplemente aceptar la Trinidad como un hecho incuestionable, es importante que hagamos preguntas y aprendamos a adorar a Dios por este aspecto de Sí mismo. La Trinidad se trata principalmente de la estrecha comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, lo cual es importante por dos grandes razones:

  • Primero, Dios es amor, y éste se expresa principalmente como el amor entre los miembros de la Trinidad. Se nos muestra que incluso antes de que el mundo fuera creado, la Trinidad se amaba divinamente unos a otros. Durante la oración sacerdotal de Juan 15-17, Jesús presenta repetidamente su amor por los discípulos como el resultado del amor del Padre por Él. Aún más, Jesús describe la unidad de Sí mismo con el Padre, la unidad de Cristo con el creyente y la unidad del creyente entre sí en los mismos términos: “Yo en ellos y tú en mí” (Juan 17:23). ¡El amor y la unidad de la Trinidad es la referencia de todo amor y unidad! ¡Un gran ejemplo de esto es la forma en que la Biblia habla sobre el matrimonio!
  • En segundo lugar, Dios es autosuficiente. Aquí hay una pregunta: Si Dios es amor absoluto, ¿puede Él ser Él mismo si no tiene nada que amar? A lo largo de la historia, esta pregunta ha generado la idea de que Dios necesitaba crear a la humanidad para cumplir este y todos los demás aspectos de Sí mismo (justicia, paciencia, gracia, etc.). Sin embargo, debido a que Dios es trino, Su amor se expresa plenamente en la estrecha relación entre el Padre. , Hijo y Espíritu Santo. Él es independiente, lo que significa que nos creó, nos ama, nos perdona y nos salva porque quiere, no porque tiene que hacerlo.

Encuéntralo en la Biblia: 1 Corintios 8:6, Deuteronomio 6:4, Juan 15, 17

8. El valor irremplazable de la comunidad cristiana.

Nunca debemos subestimar el papel que juega la comunidad en nuestra fe, debemos reconocer que Cristo no tenía la intención de que los creyentes se aislaran y actuaran solos. Una palabra de aliento, consuelo o incluso reprimenda y corrección son vitales para mantener el rumbo, en donde otro creyente puede decir algo que necesitamos escuchar desesperadamente. La oportunidad de hablar sobre nuestra fe, hacer preguntas difíciles y obtener respuestas honestas es increíblemente valiosa, y ninguna cantidad de recursos, transmisiones o videos en línea se compararán con una conversación honesta con un amigo de confianza.

  • No solo es beneficioso estar en comunidad, sino que es un requisito como parte del cuerpo de Cristo. En 1 Corintios 12, Pablo describe que este cuerpo está formado por partes individuales con funciones únicas que trabajan al unísono hacia el mismo objetivo. Incluso si no ves o no crees en tu función única en el cuerpo, tu responsabilidad como Cristiano es servir en cualquier forma que Cristo tenga para ti. Puede que no sea lo que tradicionalmente consideramos servicio, pero Dios te ha preparado de manera única para que puedas servir al cuerpo y amar bien a los demás.

Encuéntralo en la Biblia: Hebreos 10:24-25, Gálatas 6:2, Mateo 18:20, 1 Corintios 12

9. Este no es el final.

Incluso si reconocemos intelectualmente que este mundo no es el fin y que Cristo regresará y hará nuevas todas las cosas, muy a menudo no vivimos con la esperanza de la restauración. Cuando estamos frustrados por la política y el estado del mundo, o estamos conmocionados por la injusticia y los veredictos injustos, o lamentamos la pérdida repentina de un ser querido, es difícil siquiera empezar a pensar en el futuro con cualquier tipo de esperanza. Cuando parece que no puedes romper ese ciclo del pecado y la tentación está en todas partes, es difícil imaginar una vida que no esté definida por el pecado y la lucha.

  • Cristo regresará y con Él traerá la plenitud de la restauración a la creación y eliminará el pecado de nuestros corazones y vidas. No solo no habrá más sufrimiento, sino que habrá justicia y rectitud en lugar del mal. Nuestros corazones ni siquiera comenzarán a vagar hacia la tentación y el pecado, porque nuestro Señor habrá eliminado estas cosas. No habrá miedo a lo que está por venir ni incertidumbre sobre el estado de nuestro futuro. Finalmente estaremos personalmente con nuestro Señor y nada más podrá siquiera compararse.
  • En el mundo secular no hay esperanza futura, solo se da mérito a lo que puede ser construido por manos humanas. Es por eso que podemos vivir vidas diferentes a las de nuestros vecinos, porque nuestra esperanza no está en este mundo. Podemos ser pacientes y estar tranquilos, sabiendo que este mundo no es el fin.

Encuéntrelo en la Biblia: Apocalipsis 21, Romanos 12:12, 2 Corintios 4:16-18

10. Dios se deleita en ti.

Lo más importante que debes saber como creyente es que Dios se deleita en ti. Dios no te ama simplemente de la forma en que casualmente decimos “¡Te amo!” a nuestros primos terceros en la reunión familiar. El amor de Dios no es pasivo, ni es una carga que lo obligue a perdonarnos. Dios se deleita tanto en ti que no solo vino y murió en la cruz para que tengas vida, ¡sino porque quiere estar contigo para siempre! No importa cómo te sientas acerca de ti mismo, o qué tan profundamente hayas caído en pecado, debes recordar que Dios nunca sufre por tu presencia ni se exaspera ante la hipocresía, sino que genuinamente se deleita en cada momento que te tiene con Él.

  • Si queremos saber lo que Dios siente por nosotros, ¡todo lo que tenemos que hacer es observar cómo Jesús interactuó con las personas que lo rodeaban! En lugar de simplemente descender, morir y luego ascender después de lograr su objetivo en la tierra, Jesús vivió toda una vida humana en la que tuvo amigos y comunidad, y mostró compasión e interés incluso en la escoria más despreciada de la sociedad. El amor de Dios no es mecánico ni frío, sino tan personal que Él se deleita en quién eres y quiere estar contigo para siempre.

Encuéntralo en la Biblia: Salmo 18:19; 149:4, Sofonías 3:17, Mateo 9:36, Lucas 7:13

Colton Wilson
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    Colton tiene una Especialidad en Estudios Bíblicos del Instituto Bíblico Moody y le apasiona proporcionar recursos que ayuden a la lectura, comprensión y aplicación de la Biblia y el discipulado bíblico. Regularmente imparte clases para jóvenes adultos en la Iglesia Bautista Kingsland y le encanta jugar juegos de mesa de guerra, leer muchos artículos de temas diversos en Wikipedia y pasar tiempo con sus amigos y familiares.