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Un estudio de las Escrituras revela que la sexualidad dentro del contexto del matrimonio es uno de los regalos más hermosos que Dios le ha dado a la humanidad. Lamentablemente, las perversiones del tema que prevalecen en nuestra cultura han provocado que muchos en la Iglesia de hoy vean el sexo como un tema tabú cuya discusión casi se considera prohibida. ¡Qué triste es ver cuando Satanás roba a la familia uno de los regalos más preciados de Dios! No es de extrañar que Jesús lo llame ladrón. Como resultado de esta distorsión, demasiados –tal vez incluso la mayoría– de los padres nunca hablan de temas sexuales con sus hijos.

Obstáculos incómodos

Desde mi punto de vista como pastor, la mayoría de los padres desean hablar con sus hijos sobre estas cosas importantes, pero las conversaciones son robadas de una manera sutil:

  • Cuando los niños son pequeños, las mamás y los papás se sienten incómodos con el tema porque temen hacerlo demasiado pronto.
  • Cuando los niños entran en la adolescencia, las mamás y los papás se sienten incómodos porque se dan cuenta de lo incómodas que serán esas conversaciones, especialmente en medio del cuerpo ya cambiante de sus hijos y de la transición general de la vida de un niño a un adulto joven.
  • Cuando el niño está en la adolescencia, las mamás y los papás se sienten extraños por haber esperado tanto tiempo, plenamente conscientes de que su hijo ha descubierto muchos de los detalles sobre el sexo a través de sus amigos y los medios de comunicación.

Como resultado, estas conversaciones nunca ocurren. Luego, cuando se tocan temas sexuales, se discuten sólo en el contexto del humor o el escándalo. Que tragedia.

Sólo empieza

¿Cuándo es el mejor momento para hablar con su hijo sobre sexualidad?  Ahora mismo. Independientemente de su edad, es hora de iniciar la conversación. A través de mi ministerio, he descubierto un principio interesante que es cierto: si un niño escucha primero información sobre el tema sexual de alguien que no sean sus padres, los padres a menudo terminarán  teniendo que “desprogramar” lo que sus hijos han escuchado antes de poder compartir con ellos lo que es verdad. Como padres, queremos ser proactivos para asegurar que nuestros hijos estén equipados con el plan de Dios en caso de que se encuentren con una mentira.

Por supuesto que la profundidad de esa conversación dependerá de la edad de tu hijo. Considera las siguientes guías de conversación relacionadas con tres etapas de madurez. Ten en cuenta que no las clasifiqué por edades estrictas, ya que diferentes niños estarán preparados para diferentes niveles de diálogo y sólo tú, como padre, puedes saber estas cosas:

1.  Primeras conversaciones para los más pequeños:

Sólo porque un niño no esté preparado para escuchar los detalles del lecho matrimonial no significa que no esté preparado para hablar sobre sexualidad. De hecho, tu hijo está creciendo en un mundo que de muchas maneras enviará mensajes sexuales y tú quieres ser quien comparta la verdad. En esta etapa, es importante centrarse en los principios más que en las acciones. Ayuda a tu hijo a comprender lo que significa que Dios es Santo y cómo nos ha llamado a reflejar esa santidad. Mi recomendación es que se hablen los siguientes temas:

  • El plan de Dios para el matrimonio es para un hombre y una mujer, dedicados el uno al otro de por vida. (Es importante señalar que habrá muchos niños que tienen cerca a personas que son importantes para ellos y que no permanecieron juntos toda la vida. Esto no significa que Dios no los ame. Dios puede ayudar a las personas que no siguieron ese plan a vivir de acuerdo con Sus mejores planes a partir de ese momento).
  • El sexo es parte del plan de Dios para el matrimonio. Si sientes que no es el momento apropiado para explicar los detalles de la sexualidad, aun así te recomendaría que ayudes a tus hijos a comprender que la sexualidad es un regalo de Dios. Cuando empiecen a oír que sus compañeros o a los medios de comunicación hablar de sexo, queremos que comprendan que Dios tiene un estándar que es mejor que lo que el mundo tiene para ofrecer. Una definición simple y no detallada de sexo es: un acto de amor entre marido y mujer que también les ayuda a tener hijos.

Considera decir: “No es necesario que entiendas todo sobre este tema a tu edad. Hay algunos temas para los cuales tendrás mucho tiempo para comprender más adelante. Pero ahora mismo, cada vez que escuches la palabra sexo, debes saber que es algo hermoso que Dios ha creado para un hombre y una mujer que están casados. Por supuesto, como tantas otras cosas, el diablo ha tomado el sexo y lo ha convertido en algo que no es lo que Dios pretendía. Entonces algunas personas hacen cosas con el don de Dios que no tienen nada que ver con el matrimonio. Si alguna vez escuchas a alguien hablar sobre sexo, quiero que vengas a hablar conmigo primero y asegurémonos de que lo que estás escuchando sea lo que Dios nos ha dicho en la Biblia”.

  • Así como Dios es Santo, Él quiere que vivamos vidas santas. Eso significa que, cuando se trata de nuestros cuerpos, nos aseguramos de protegerlos para la gloria de Dios. Eso significa que no vivimos como el mundo ni hacemos nada que queramos simplemente porque nos sentimos bien o porque otros lo están haciendo.
  • La pornografía es algo terrible que no refleja la santidad de Dios. La pornografía es una parte mala de nuestra cultura en la que las personas permiten que otros los vean desnudos y hagan cosas que no deberían hacerse con sus cuerpos o cosas que sólo deberían hacer un esposo o una esposa.

Considera decir: “La pornografía es una forma en que la gente desobedece a Dios. Pecan al exponer sus cuerpos a otras personas con quienes no están casados. Con excepción de cuando tu mamá y tu papá necesitan ayudarte, o un médico necesita ayudarte, no hay ningún lugar en el que debas estar desnudo frente a nadie más hasta que estés casado. Si alguien alguna vez quiere mostrarte fotos de alguien sin ropa, di que no y dímelo de inmediato”

2.  Conversaciones más profundas para los niños observadores y en crecimiento:

A medida que tu hijo tenga más acceso a sus compañeros y a otras personas fuera de su influencia, se vuelve más importante equiparlo con la verdad de la palabra de Dios relacionada con la sexualidad. Mientras Dios te guía, asegúrate de que tu hijo comprenda lo siguiente:

  • El acto de matrimonio.  Esto puede parecer una tarea difícil e intimidante, pero no olvides que el sexo es un regalo de Dios. ¡Tu hijo merece escucharlo de alguien que comparta los detalles de una manera que honre a Dios! Separa un tiempo específico para tener con tu hijo esta importante conversación. No lo hagas simplemente de manera improvisada, como si fuera un “por cierto…”, sino ayúdalos a ver lo importante que es por la seriedad e importancia que tú le das. Aparta un momento especial para ir juntos al parque o deja un espacio donde todos los demás miembros de la familia salgan para que estén solo tú y tu hijo. Esto elimina cualquier incomodidad o vergüenza innecesaria.

Comience en la creación, compartiendo la intención original de Dios para los esposos y esposas. Génesis 2:24-25 dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.”  Esa frase “una sola carne” es una hermosa imagen de la sexualidad como Dios la planeó.

Comparte los conceptos básicos de lo que sucede y haz pausas frecuentes para generar preguntas. Considera la posibilidad de utilizar algunos libros excelentes sobre el tema si deseas una guía. Se pueden encontrar algunas sugerencias en la página “Recursos para preguntas sobre sexualidad y género.”

  • La Santidad del Matrimonio.  Cada conversación sobre sexo debe tenerse en el contexto de la belleza del matrimonio: la preciosa relación que Dios ha apartado para marido y mujer. Debe ser tenido en alta estima, visto como algo hermoso y bendito. El matrimonio es más que sexualidad y el tema de la sexualidad siempre estará incompleto y  será menos de lo que debe ser si está fuera del amplio y profundo panorama del matrimonio.

3.  Conversaciones prácticas para el adulto emergente:

Como padres, debemos ir más allá de “la charla sobre sexo” y mantener un diálogo constante sobre sexo y matrimonio. Hay muchos otros mensajes cargados con información sexual en nuestra cultura que no se callarán. No querrás enviar el mensaje: “¡Bueno, gracias a Dios que terminamos con esto!”.

Considera las siguientes oportunidades:

  • Escenarios “Qué pasaría si”: Describirle a tu hijo un desafío ficticio pero realista antes de que realmente lo enfrente, es una excelente manera de evaluar soluciones de la vida real a problemas complejos. Por ejemplo, algo como: “Un hombre y una mujer jóvenes están enamorados y algún día les encantaría casarse. En el calor de la pasión, ambos desean llevar su relación a eventos reservados para marido y mujer. Él le dice: ‘¡Tenemos la intención de casarnos de todos modos!’ ¿Qué hay de malo en esta lógica? ¿Qué deberían hacer?”
  • Dedica tiempo a hablar sobre las tres preguntas relacionadas con cuestiones sexuales. Como iglesia, hablamos mucho sobre tres preguntas esenciales: ¿Quién es Dios? ¿Cuál es la verdad?; y ¿Por qué estoy aquí? De estas tres preguntas, tendemos a centrarnos en la segunda cuando se trata de sexualidad: “No deberías tener relaciones sexuales hasta que estés casado porque Dios dice que está mal”. Y sí, es verdad, pero la conversación es más profunda y amplia cuando comienza con la primera pregunta: “Debido a que Dios es Santo, Él nos ha llamado a la santidad. De hecho, Dios creó el matrimonio como un reflejo del amor de Cristo por la Iglesia y del amor de la Iglesia hacia Jesús. Por lo tanto, necesito considerar importante cada área de mi corazón – incluyendo el acto sexual – ya que podría alejarme de la santidad a la que Dios me ha llamado”.

Oren juntos por los futuros cónyuges. La mejor manera de apartar la vista de lo que el mundo tiene para ofrecer es centrarnos en el hermoso estándar al que deberíamos aspirar. Ora con frecuencia por el futuro cónyuge de tu hijo y desafíalo a considerar qué rasgos tendría la pareja ideal.

Dr. Ryan Rush
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    El Dr. Ryan Rush sirve como Pastor Principal de la Iglesia Bautista Kingsland en Katy, Texas. El pastor Ryan ha liderado la implementación de un esfuerzo integral e intergeneracional para conectar la iglesia y la vida en casa que se ha extendido a otras congregaciones y colaboradores misioneros en todo el mundo. Tiene un doctorado en Liderazgo de la Universidad Bautista de Dallas, donde estudió la relación entre el apego parental  y el estilo de liderazgo entre líderes pastorales en cuatro continentes.Ryan es autor de tres libros, incluido “Restore the Table”, que habla sobre el poder que hay en compartir momentos en la mesa con nuestra familia, que se publicará en la primavera de 2024.

     

    Ryan y su esposa Lana tienen tres hijas: Ryley, Reagan y Lily.