Leamos de 1 Corintios 11: 23-24
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
¿Qué dijo Él que representaba el pan? Su propio cuerpo. El cuerpo de Dios mismo que vino a la tierra y se hizo hombre. Sin que El se convirtiera en nuestro sacrificio, no tendríamos esperanza.
Invite a alguien a orar y agradecer al Señor por el sacrificio que nos entregó.Todos los creyentes presentes pueden participar del pan.
La Sagrada Escritura nos dice de la misma manera que Él también tomó la copa de vino. Es en el cuerpo de Cristo que Él llevó nuestros pecados. Con Su sangre Él pagó por nuestro pecado.
Considere en oración el amor que fluyo a través del derramamiento de la sangre de Cristo.
Todos tomen la copa de vino en su mano.
1. SEÑOR, NOSOTROS RECORDAMOS.
Jesús dijo: haced esto en conmemoración mía. Así como la Pascua judía conmemoró el momento en que se derramó la sangre del cordero sacrificial, la Santa Cena del Señor representa la muerte sacrificial de Jesús en la cruz. La Santa Cena del Señor es la Pascua de los cristianos. Cuando recibimos el pan y el cáliz, afirmamos: “Señor, recuerdo el precio tan alto que pagaste por mi pecado. Tú diste tu vida por la mía”.
2. SEÑOR, TE PROCLAMAMOS.
La Santa Cena del Señor no salva, pero cuando tomamos el pan y el vino, proclamamos que hemos aceptado a Jesucristo como Señor. Cuando los recibimos, declaramos: “Señor, yo sé que me salvaste por tu gracia y amor, y no por algo que yo haya hecho”.
3. SEÑOR, NOS EXAMINAMOS.
Las Escrituras dicen que debemos examinarnos a nosotros mismos y hacer un registro de nuestra relación con Dios. Antes de participar de la Santa Cena del Señor, debemos hacer lo que hizo el salmista cuando oró “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; … Y ve si hay en mí camino de perversidad”. ¿Hay algún pecado no confesado en nuestras vidas o alguna situación sin resolver con Dios? Tome un tiempo para orar y agradecer a Dios por su perdón.
Todos tomen el pan en la mano.
Desde los comienzos de la Iglesia, la Santa Cena ha sido una parte importante de la fe cristiana. Es una manera en la que podemos imaginar la magnitud del sacrificio de Jesús cuando dio su vida en la cruz por nosotros.
En Hechos 2:46 leemos que se reunieron en sus hogares para “partir
el pan” juntos. Al conmemorar esta comunión alrededor de las mesas
de nuestros hogares, recordamos la intimidad de esos momentos tan especiales. Por supuesto, es apropiado que a menudo participemos de la Santa Cena cuando nos reunimos para el servicio de adoración, pero hay algo significativo y bíblico sobre reunirnos para esta comunión con solo unas pocas personas en nuestra mesa: reconociendo que el Señor Jesús nos ha apartado como el Cuerpo de Cristo más allá de cualquier edificio.
Mientras se reúne alrededor de su mesa hoy día, tome el tiempo para considerar el significado de lo que está ocurriendo. Las Santas Escrituras nos recuerdan que al participar en esta comunión estamos haciendo varias declaraciones. Haga que alguien lea estas declaraciones:
Leamos el próximo verso en 1 Corintios 11: 25
25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Invite a alguien a orar y agradecer al Señor por el perdón que se nos ha dado a través de su sangre.
Todos los creyentes pueden participar de la copa de vino (cáliz).
Hacemos una proclamación final al participar:
4. ¡SEÑOR, NOS ALEGRAMOS! Vea 1 Corintios 11: 26
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga.
¡Cuando recibimos el pan y el cáliz, no solo miramos hacia su muerte en la cruz con gratitud, si no que esperamos su venida con alegría!
De gracias al Señor por la promesa del Cielo.